Tal vez sea precisamente la distancia,
el ritmo delicado con que el tiempo
nos abandona al pie de la sonrisa.
Cuando recuerdo, vienes desde entonces,
de ese tiempo, desnudo y denso,
en que subíamos al cielo de la noche.
Y nace la memoria que forjábamos:
de nuevo cerca de tu boca,
de tus ojos, nadando en mi mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario