Parece ser que la CUP, en su flamante primer proyecto de ley que pretenden "de la nueva República", se plantea perseguir penalmente todas las formas de "incitación al odio" racial o por motivos de identidad sexual o política que ahora no pueden recibir castigo legal, por ser demasiado banales o leves. Naturalmente, promueve la creación de una Policía Moral Omnipresente, un "observatorio", nutrido de los numerosos aspirantes a inquisidor que la progresía va prohijando a cuenta de la religión de lo políticamente correcto... En fin, no me extiendo más.
Cómo no recordar el engaño quevediano de Pablos a aquella buena mujer, cuando la amenaza con denunciarla al Santo Oficio por decir "pío pío" a los pollos al alimentarlos, y dejar tan santo nombre de papa así infamado. Y cómo olvidar que le exige y obtiene el pollo mancillado de blasfemia, que el listo del Buscón despacha a las vacías tripas en un santiamén...
En esa clase de miedo cerval y mutua sospecha y escudriñe quieren instalarnos estos aprendices de Stasi neocuperos, en una paranoia constante al estilo iraní, con rasgoteos farisaicos de vestiduras, multas continuas y prisioncillas, y esa inagotable exaltación constante de su lenguaje avulgarado, romo, revolucionario por decreto, todo limpio y puro de fascismo, transbilesbihomofobia y los pecados horrendos que ofenden a los ulemas perrofláuticos. Aprovechemos que aún puedo escribir esto, antes de caer en una de sus celdas, obligado a leer quién sabe qué catecismos rojoides para purgar al modo Mao mi heterocapitalpatriarcofascismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario