martes, 26 de marzo de 2013

Mira cómo muere tu amor esta mañana

Toda esa belleza se ahoga en la sangre dulce del recuerdo, toda la singladura de tus manos por mi cuerpo devorado, todo el éxtasis de placer y lágrima infinita, cuanto me sabe a ti, a tu espalda de luz, a la marea densa de tu boca, todo, mi amor, concluye, y cesa, y se detiene; alza el humo suave de la memoria, la sinrazón ausente del olvido; y la lengua, entumecida de besarte. Qué podré hacer, ni qué decir sin el acanalado hiriente de tus dedos, la suave forma como tallan el placer, como dibujan el tiempo desvestido, la ingratitud vencida de las horas, el fulgor infinito de adorarte, de dejar que mi amor te trepe, te abrace, te rebusque, te colme de viento y agua y luz y sal y cielo enardecido.

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