martes, 14 de abril de 2009

Catorce de Abril



Las efemérides seducen. Podemos rebelarnos contra los cantos de sirena de un pensamiento blando, que se deja llevar por lo inmediato de la actualidad rabiosa, o a veces por las jaculatorias de los almanaques. Pero lo cierto es que digo catorce de abril y aún escucho el perfil ardoroso de la primavera, la espontánea fruición de la libertad y la esperanza en el encaje de una España abierta y vital.

Quizá es solo nostalgia engañosa, enfermiza pasión juvenil por construir y vivir, por jugar la partida de la existencia dentro de un espacio de libertad y de justicia. Pero no puedo evitarlo: aquí me tenéis, absurdamente conmovido por la enseña tricolor y su perfume de ambición y de razón, por el esfuerzo contra la resignación y el aroma de lo ajado.

Pero ahora hemos de reconocer que no fue posible. Que los bandos y las obediencias debidas pudieron más que la necesidad de imaginar la convivencia posible y precisa. Los intereses y los dogmas, más que la caridad, o que el afán de justicia. El poder fue el fruto que mordieron los ambiciosos y los sectarios, y no pudo servir, tristemente, para la siembra imprescindible de un futuro común, equitativo, alegre, luminoso.

Pero todo no estaba prefijado. No era inevitable. Por eso quiero recobrar cuanto de emancipación, cuanto de abierto y esperanzado horizonte alborea en el entusiasmo popular, en los acordes festivos de un himno ahora silencioso. Porque necesitamos símbolos, fechas, ilusiones, iconos. Aunque no sean demasiado hijos de la razón, sino quizá de su bendita capacidad de soñar sin engendrar inevitablemente monstruos.

Este espacio quiere ser, hoy más que nunca, una plaza de primavera. Un catorce de abril para la libertad y para el deseo. Para todos los que tenéis la paciencia de leerme y compartir estos trasuntos de silencio emborronado que son mis palabras escritas. Una república joven, hecha de pensamiento y sentimiento, de amor y de búsqueda, de abriles que no olvidan, sin embargo, a veces los octubres.

3 comentarios:

  1. Vaya...qué artículo. Me he quedado sin palabras, emocionada, esperanzada en la desesperanza, y encantada de haberte leído. Un saludo y un recuerdo a los que soñaron un sueño de libertad. Abrazos admirados

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  2. Gracias, infinitas. Es un artículo cuyas palabras se asientan en el amor y de él toman impulso. Amor de mujer, al que debo todo el vuelo del sueño, toda la agitación del deseo y la esperanza. A veces pienso que la política debe hacerse siempre con la cabeza, pero que hay que llegar a ella desde el corazón, y no perder su rastro, su perfume, por más que los caminos de la razón sean, demasiado a menudo, necesariamente tan diversos.

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  3. Me gusta su entrada , esa manera de enfrentar con la pluma poéticamente la política , no estamos acostumbrados , cuando el pan del día para el intelecto es la prensa escrita .Es un placer leer su Diario , disculpe no he podido resistirme a comentar , en fin al final ,la política hace más daño que ayuda cuando se trata de encontrar entendimiento .
    Feliz fin de semana .
    Rosna

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