Me desnudas de sombra y nieve oscura
si te busco la vida por tu boca,
venenosa y callada sepultura,
ángel de la humedad que me convoca.
El sabor de la luz, la singladura
por tus labios me embrida y me desboca,
una espuela de hielo y de dulzura,
un estrella jugosa que me toca.
En tu enjambre de fuego me detengo,
no dibujo la voz ni la memoria,
fijo el rumbo en el ancla de besarte.
Y amotino mis manos y prevengo
que has de ahogarme de amor para tu gloria,
traspasarme el costado parte a parte.
Hola Benjamín:
ResponderEliminarHermoso soneto, quiero darte una apreciación-me cuesta mucho hacerlo-
Al leer el último terceto, me rompías ese sonido con el que hablabas, creo que es por esto:
Y amotino mis manos y prevengo
que has de ahogarme de amor para tu gloria,
TRASPARME el costado parte a parte.
Me suena mejor así:
Y amotino mis manos y prevengo
que has de ahogarme de amor para tu gloria,
traspasando el costado parte a parte.
Un saludo afectuoso
Rafael Luna Gómez
Hermoso soneto, lleno de energía y plasticidad en sus imágenes.
ResponderEliminarGracias...