Sabré de ti cuando el placer me exalte
abrazado a otro cuerpo,
cuando mi boca
busque en labios remotos los sabores
de la niebla de seda de besarte.
Sabré de ti mientras acaricie el silencio,
rodeado de voz y de palabras
que me digan te quiero sin tocarme,
sin consagrar la vida
como tus ojos, llenos de impaciencia.
Sabré de ti como un misterio vivo,
un brote de nocturnas amapolas,
el sueño de la muerte en que dormíamos
la vida y la sonrisa.
Sabré de ti. Vendrá el instante
de separar el tiempo de mis ojos. Y mi boca
dirá tu nombre y tu sabor, en sombra.
Déjame imaginar que entonces
estas palabras guardarán tus labios,
tus ojos, el despertar de tu sonrisa.
Para que siempre
sepan de ti los hombres, y la vida.
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Ala, que chulo, he podido oir la voz del poeta, no sabia como podría ser. La verdad, me gusta más escuchar tu voz que leer.
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