Te pondré, sabes, amor,
solo unas letras:
trampas para el deseo,
espejismos de nieve, las palabras
traerán aquí el sabor,
la delicia menuda de sus ecos.
Como un muro de sombra,
o una esperanza oscura,
sellarán su silencio en el susurro
callado de las letras;
no habrá sino vacío y leves huellas,
surcos de luz inesperada.
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