Bajo la sombra, amor,
bajo los ojos
vacíos de las hojas,
donde se acuesta y duerme
el deseo de beso
y de aguas
ya casi silenciosas.
Como una herida
espera la saliva,
el intenso y oscuro
absorber de unos labios.
Bajo la umbría calma,
donde sabes que a veces
derrama su blanca
miel la luna,
su caricia de luz
ausente y húmeda.
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