jueves, 8 de octubre de 2009

Dudas y métodos

Quizá llevo unas últimas entradas muy poéticas. ¿No era eso en el otro blog? Qué caprichos tiene la escritura. Pero es que considerad despacio las alternativas: ¿política? Veo que estáis de guasa. En España está extinguida, bien lo sabéis hace ya un tiempo. ¿Libros? De acuerdo, valdría la pena. Si hubiera leído alguno últimamente. ¿Filosofías propias? Bueno, es cierto que me apetece de vez en cuando enfundarme el batín y dar unas caladas de pipa, mientras pronuncio con cierta afectación despreocupada un nombre como Epicuro, o Marcuse, cualquier engañabobos con exégetas. Pero no es un apetito desordenado, así que francamente...

De acuerdo. No perdemos nada. Podemos seguir dándole al verso. Se llena más pantalla con menos palabras. Y tiene algo, un no sé qué. O a mí me lo parece.

En fin. Que si queréis filosofías, políticas, reseñas, a bucear por entradas antañonas. Si más versos, ahí tenéis mi coctelera (¡poema nuevo!), que no hay nada más que desear.

Y en todo caso, gracias por leerme. Esta u otras naderías. Siempre es un placer que le hagan caso a uno, hasta escribiendo sus ripios. Sois encantadores. En serio.

4 comentarios:

  1. Entre Epicuro y Marcuse, me quedo con el hombre unidemensional, auqnue Epicuro tiene sabias frases:
    "La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo."
    Efectivamente son las ideas que juegan con el hombre.
    Dá igual que sea poesia, filosofia o cualquier otro tema, lo que cuentan son las palabras que salen de la mente y plasmamos en ese instante, esa es la realidad del pensamiento impresa.
    ¡¡Buen fin de semana!!

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  2. Gracias a Usted Gomollón san por su tiempo ....que no es derramado ... y escribir temas tan variados .
    Le deseo un excelente fin de semana !!!
    Rosna

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  3. Eurice, a estas alturas ni uno ni otro. No sé muy bien cuál es la dimensión del hombre que consideras relevante, ni hasta qué punto eres epicúrea más acá de la muerte. Aunque desde luego adivino que es mucho más interesante tu punto de vista que el de nuestro amado y ya cubierto de polvo Marcuse.

    Rosna, es un placer tu presencia, tu mirada. Tu aprecio. Un placer divino.

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