Como un trozo de cristal,
qué pequeña la luz cuando se encoge
acurrucada en su interior,
y acaricia el reflejo y se extasía
de imaginarse viva y llena,
densa y salobre, como lágrima,
o como ola soñada que de repente
crece en la espuma y se colma
de estruendo y de fragor mortal.
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