He tejido de espera
la sombra imaginada de tu boca,
en la desnuda piel
ausente del deseo.
He bebido la luz que te absorbía
como si fueras agua,
y he pensado
en la honda calidez,
en la niebla suave de besarte.
No podría decir
si es mentira o tu cuerpo
el sabor que se borra
derretido de olvido por mis sueños.
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