Mi vida, pues,
una cambiante pena
de trenzados martirios
y de olvidos,
en arenas de anhelos
movedizos
y en espejos
de ausente imagen cierta.
Tengo escrita en el agua
tu mirada,
en el aire tus labios
desatentos,
y un golpe de verdad
deshabitada
alza mi amparo,
amor,
la soledad,
la edificada voz
de tu silencio.
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