jueves, 14 de marzo de 2013

La luz de tu mirada

Escribiré la luz de tu mirada
en la piel nacarada de este tiempo,
tersa,
como tus manos cuidadosas,
dulce,
como el cristal, avaro de reflejos.

Y no sé si será apacible el viento
de leerlo,
o si será de nube
la melodiosa sangre de palabras,
la arquitectura densa,
suave y deliciosa,
con que tu boca evocará mi cuerpo.

Deja, mi amor, la pulpa llena
de besarte, la oscura luz
de imaginarte,
en este mudo espejo,
insípido e indigno
de tu placer desnudo y tu recuerdo.

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