He besado tu voz: en esos versos
he seguido la huella de tus labios;
el peso enamorado
del silencio cautivo de tu boca.
he seguido la huella de tus labios;
el peso enamorado
del silencio cautivo de tu boca.
Y he rozado la sal
con que tus lágrimas
me vestían de olvido y de palabras
abrasadas, cuajadas
de espeso cielo y de deseo.
Ahora solo es de viento
tu memoria.
En el lecho inconstante de un arroyo
nada muertes de agua
todo el oscuro limo
que tus manos tejieron temblorosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario