Crece en mi pensamiento tu imagen, como una flor de estanque sobre el agua. Tu costado dormido, el dibujo rotundo de tu cadera en la penumbra, el contacto tibio y suave de tu vientre y de tus senos. Extiendo las manos del deseo y se deshace tu cuerpo, su reflejo, desatando ondas, temblores fugitivos, pálpito y dolor de aguda llama.
Crece tu amor como un desierto, erizado en las dunas, surcado por la luz, el viento y la memoria. Y se dilata el silencio, como un incendio frío y desolado. Me bebo el espejismo seco, la arena ausente de tu boca, el vacío y la sal en la herida imaginada de tu sexo.
Esto es amor y sed.
"Quien lo probó lo sabe".
No hay comentarios:
Publicar un comentario